Cómo manejar una hemorragia profusa
Las hemorragias profusas pueden ser una situación muy delicada, ya que una gran cantidad de sangre puede salir del cuerpo en muy poco tiempo. Es importante saber cómo manejar una hemorragia profusa para poder actuar rápidamente ante esta situación de emergencia. En este artículo, te enseñaremos los pasos para controlar una hemorragia profusa.
Identifica el tipo de hemorragia
Es importante identificar el tipo de hemorragia para poder actuar de forma efectiva. Las hemorragias pueden ser internas o externas. Las hemorragias internas son aquellas que se producen en el interior del cuerpo, mientras que las externas son aquellas que se producen en el exterior del cuerpo.
A su vez, las hemorragias externas pueden ser arteriales, venosas o capilares. Las hemorragias arteriales son las más graves, ya que la sangre sale a gran velocidad y de forma intermitente. Las hemorragias venosas son menos graves, ya que la sangre sale de forma constante y a menor velocidad. Por último, las hemorragias capilares son las menos graves, ya que la sangre sale lentamente y en menor cantidad.
Toma medidas de seguridad
Antes de atender a la persona que está sufriendo la hemorragia, es importante tomar medidas de seguridad para evitar que se propague la situación de emergencia. Si la hemorragia se produce en la calle y hay tráfico, es importante señalizar la zona para evitar accidentes.
Además, es importante protegerse a uno mismo con guantes o cualquier elemento que evite el contacto directo con la sangre para evitar enfermedades como el VIH o la hepatitis.
Aplica presión
El primer paso para controlar una hemorragia profusa es aplicar presión sobre la zona afectada. La presión ayuda a reducir el flujo de sangre y a detener la hemorragia. Para aplicar presión, se puede usar cualquier tipo de tela limpia y firme, como una toalla o pañuelo.
Es importante presionar directamente sobre la herida con la tela, ya que la presión debe ser efectiva sobre la fuente de la hemorragia. Si la presión no es suficiente para detener la hemorragia, se puede elevar la zona afectada para favorecer el flujo sanguíneo hacia el corazón.
Utiliza un torniquete
En caso de que la presión no sea suficiente para detener la hemorragia, se puede utilizar un torniquete. El torniquete es un dispositivo que ayuda a reducir el flujo de sangre en la zona afectada para detener la hemorragia.
Para aplicar un torniquete, se debe envolver una banda elástica o cualquier tipo de tela resistente alrededor de la zona afectada y apretarla para reducir el flujo de sangre. Es importante recordar que el torniquete solo se debe utilizar como último recurso, ya que puede causar daño a los tejidos y extremidades del cuerpo.
Mantén la calma y llama a emergencias
Es importante mantener la calma en todo momento y no entrar en pánico. Es necesario llamar a emergencias para que un profesional de la salud pueda atender a la persona afectada. Mientras se espera la ayuda médica, es importante continuar aplicando presión o torniquete a la zona afectada para controlar la hemorragia.
Evita mover a la persona afectada
Es importante evitar mover a la persona afectada en caso de hemorragia profusa, ya que cualquier movimiento brusco puede aumentar el flujo de sangre y empeorar la situación. Es importante mantener a la persona en una posición cómoda y, si es necesario, elevar la zona afectada para reducir el flujo sanguíneo.
En resumen, una hemorragia profusa es una situación de emergencia que requiere atención inmediata. Es importante identificar el tipo de hemorragia, tomar medidas de seguridad, aplicar presión o torniquete y llamar a emergencias. Mantener la calma y evitar mover a la persona afectada también son claves para controlar una hemorragia profusa.