Manejo de heridas y hemorragias: - Cómo controlar una hemorragia en segundos
Las emergencias médicas son impredecibles y pueden ocurrir en cualquier momento y lugar. Uno de los casos más críticos es una hemorragia grave que puede resultar en pérdida de sangre excesiva y en algunos casos, puede poner en riesgo la vida del paciente. Por lo tanto, es importante conocer las técnicas de manejo de heridas y hemorragias para poder actuar rápidamente y llevar a cabo acciones salvadoras que puedan hacer la diferencia.
1. Evaluación inicial del paciente:
Lo primero que debemos hacer cuando nos enfrentamos a una hemorragia es asegurarnos de que la persona esté respirando y consciente. Si la persona no está respirando, realizaremos la reanimación cardio-pulmonar (RCP) según los protocolos. En caso contrario, evaluamos el lugar y la severidad de la herida.
2. Control de la hemorragia:
Si se trata de una hemorragia externa visible, como un corte o una herida punzante, la primera acción es aplicar presión directa con una tela limpia, toalla, gasa estéril, pañuelo o cualquier otro material limpio que esté disponible. La idea es presionar la herida fuertemente y con constancia durante unos segundos para controlar el sangrado.
3. Elevar la extremidad:
Si la hemorragia se produce en una extremidad, lo mejor es elevarla por encima del nivel del corazón. Esto ayuda a reducir la hemorragia y la cantidad de sangre que fluye hacia la herida.
4. Aplicar vendaje:
Si la herida es grande, o la presión directa no es suficiente para controlar la hemorragia, debemos aplicar un vendaje compresivo sobre la herida. Podemos utilizar un vendaje de crepé, un pañuelo, una venda elástica o cualquier otro material limpio y disponible para aplicar alrededor de la herida, cubriendo el área afectada con firmeza.
5. Utilizar productos hemostáticos:
Si la hemorragia es excesiva y no se detiene con las técnicas anteriores, se puede utilizar una ayuda adicional en forma de productos hemostáticos. Los productos hemostáticos son sustancias que se aplican a la herida para reducir o detener el sangrado. Existen geles, polvos y apósitos hemostáticos que pueden ser efectivos en el control de las hemorragias.
6. Aplicar técnica de tourniquet:
En casos extremos, como en una amputación o una herida grave donde la pérdida de sangre es incontrolable, se puede aplicar una técnica de tourniquet. Esta técnica consiste en envolver un lazo, una corbata u otro material no elástico alrededor de la extremidad, entre la herida y el corazón, apretando para reducir o detener el flujo sanguíneo. Es importante tener en cuenta que esta técnica es extrema y debe ser utilizada solo como último recurso, ya que puede causar daño grave al tejido y requerir una amputación.
7. Monitorear y buscar ayuda médica:
Una vez que la hemorragia esté bajo control, es importante monitorear la herida y buscar atención médica lo antes posible. La herida debe mantenerse limpia, aplicando vendajes y manteniéndola elevada. Si la hemorragia vuelve o persiste, debemos reaplicar los pasos anteriores hasta que la atención médica esté disponible.
En resumen, el manejo de heridas y hemorragias es vital para cualquier persona que quiera estar preparada en caso de emergencia. La evaluación inicial del paciente, controlar la hemorragia, elevar la extremidad, aplicar vendajes, utilizar productos hemostáticos, aplicar tourniquet y buscar atención médica son los pasos a seguir. Al prestar atención y actuar rápidamente, podemos salvar vidas y mejorar la salud de las personas que necesitan ayuda.