Heridas en niños: indicaciones importantes
En el hogar es muy común que los niños presenten algún tipo de herida accidental, desde pequeños raspones hasta cortes profundos. Es importante saber cómo actuar en estos casos para evitar infecciones y garantizar una pronta recuperación. En este artículo, te ofreceremos algunas indicaciones importantes que debes tener en cuenta al momento de atender una herida en un niño.
1. Limpieza y desinfección
La primera medida que debemos tomar ante una herida es lavarnos las manos con agua y jabón. Luego, debemos limpiar la herida con agua y jabón neutro de manera suave, sin frotar. Es importante evitar el uso de alcohol, peróxido de hidrógeno, yodopovidona y otros productos irritantes, ya que pueden retrasar la cicatrización y provocar dolor. Si la herida es muy sucia o profunda, es recomendable acudir a un centro médico para una evaluación profesional.
2. Detener el sangrado
Si la herida es profunda o se encuentra en una zona que provoca mayor sangrado, como la cabeza o la mano, es importante detener el sangrado para evitar una pérdida de sangre excesiva. Para ello, se puede aplicar una presión suave con una gasa o paño limpio sobre la zona afectada. Si el sangrado no se detiene después de 10 minutos de presión, se debe acudir de manera inmediata al centro de salud más cercano.
3. Proteger la herida
Una vez detenido el sangrado y limpiada la herida, es importante protegerla de posibles infecciones y lesiones. En el caso de heridas abiertas, la aplicación de un apósito estéril puede ser de gran ayuda para proteger la herida y facilitar la cicatrización. Es importante evitar que el niño se rasque o toque la herida, ya que puede irritarla y aumentar el riesgo de infección.
4. Calmar el dolor
Las heridas pueden causar dolor, especialmente en los niños. Para aliviar el dolor, se pueden aplicar compresas frías en la zona afectada, así como administrar medicamentos analgésicos en caso de necesidad. Es importante respetar las dosis recomendadas por el médico y evitar la automedicación.
5. Vigilar la evolución de la herida
Es fundamental vigilar la evolución de la herida para detectar signos de infección o complicaciones. Si la herida se encuentra infectada, se puede presentar enrojecimiento, inflamación, supuración, fiebre y dolor localizado. En estos casos, es necesario acudir al médico de manera inmediata para recibir el tratamiento adecuado.
6. Vacunación
Las heridas pueden provocar la exposición a diversas enfermedades, es importante garantizar que el niño tenga sus vacunas actualizadas para evitar complicaciones adicionales. En caso de heridas por animales, es importante confirmar que la vacunación antirrábica del animal esté al día.
En resumen, ante una herida en un niño es importante mantener la calma, tomar las medidas necesarias para limpiar y proteger la herida, vigilar su evolución y, en caso de necesidad, acudir a un centro médico para una evaluación profesional. Siguiendo estas indicaciones, podrás garantizar una pronta recuperación del pequeño y evitar complicaciones adicionales. Recuerda que siempre es mejor prevenir que lamentar, por lo que es recomendable tener una caja de primeros auxilios en el hogar y capacitar a los adultos responsables del cuidado de los niños en la atención de primeros auxilios.